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    El País
Título:   Luis Orsi el 'inermediario'

 

La mayoría de los uruguayos estamos acostumbrados a creer que ciencia y misticismo son incompatibles; que libran entre sí una batalla de contradicciones que afianzan la hegemonía de la primera sobre el segundo, sobre todo en temas de salud, economía, educación. Sin embargo aún en el siglo XXI la ciencia no ha dado respuestas a muchos temas de preocupación humana lo que lleva a muchísima gente a refugiarse -por ejemplo- en un terreno en el que, supuestamente, no tiene lugar la razón cuantificada Impresiona en él -al verlo por primera vez- su juventud, sencillez y serenidad. Luis Orsi es un uruguayo muy joven -31 años- que desde temprana edad sintió la presencia de Dios en su vida y desde entonces está dedicado a ayudar a la gente, a ver sus problemas y resolverlos. Hace muy pocos días, Luis Orsi retornó de EE. UU. portando en su equipaje premios y reconocimientos otorgados a su indudable capacidad de sanación que efectúa utilizando su energía interna y su profunda fé en Dios. Con este hombre que aparenta mucho menor edad de la que tiene -vidente, sanador de almas y naturista, poseedor de la potestad divina de ayudar a la gente- conversamos en su consultorio de Lavalleja al 942 de nuestra ciudad. Empecemos, entonces, por la "reseña biográfica" de Luis Orsi...

Su infancia...

- Nací el 29 de enero de 1969 en Montevideo, en Maroñas, y mi niñez transcurrió en el seno de un hogar sumamente humilde, en el cual la situación económica no era, precisamente, la más agraciada y había días en que no había ni un plato de comida. Mi origen humilde igualmente lo recuerdo con cariño, aunque ese destino de pobreza inicial extrema me haya privado de muchas cosas en mi infancia, entre ellas el hecho de no haber vivido la alegría de recibir un regalo para Reyes...

Una voz interior...

- Al cumplir mis siete años sentí una voz interior que me hizo tener fortaleza para sobrellevar estas dificultades de la familia y mi gran problema personal, que era cómo explicar lo que me estaba pasando, llegando a pensar que el hambre me volvía loco y esa voz interior me decía que en el futuro iba a poder ayudar a la gente.

La presencia de Dios...

- Encontré entonces la presencia de Dios en mi vida y a partir de esto confirmé que mediante la fé en él sería la forma de llevar a cabo el cometido que en mi interior sentía y que se desarrolló a los nueve años cuando comencé a santiguar y explicarme las videncias que me acompañaban día a día.

Adolescencia...

- Durante mi adolescencia decidí acompañar estos sucesos con la confirmación de mi fé en Dios y en la investigación de lo que sentía, leyendo diversas bibliografías y consultando a curas y monjas que eran las personas que en ese momento tuvieron una comprensión más cercana de "mi problema".

Llega 1984 y...

- En 1984 comencé a tratar personas llevando mediante mis videncias y a través de ellas mi ayuda a la gente, a ver sus problemas y resolverlos. Definitivamente a los dieciocho años me dedico por completo a llevar la misión a que me sentí impulsado desde pequeño y comencé con la curación a las personas. Fue así que comenzaron a llegar a mi casa, día a día, personas de todas las clases sociales, en busca de ayuda, conmocionando al barrio pues se hacían colas hacia la puerta de mi casa desde tempranas horas...

Efectos de esa notoriedad...

- Por supuesto, he sido "estudiado" por sacerdotes, médicos, psicólogos, terapeutas, periodistas, a partir de curaciones milagrosas que he podido llevar a cabo por ingestas de infusiones, productos naturales del medio, amalgamadas con la fe en Dios y por supuesto la colaboración de las personas interesadas.

Repercusiones en los medios de comunicación...

- Las repercusiones ante mi don natural más allá de la medicina, han sido significativas, tanto a nivel nacional como internacional, y serían largas de enumerar, haciéndose eco de ellas a menudo los medios masivos de comunicación de distintos países. Agregamos de nuestra parte que en 1993, el diario "La República" editó adjunto a su edición dominical, el libro "Milagro en Montevideo" basado en los estudios de las curaciones de Orsi y su vida, habiéndose agotado su tiraje. En ese momento se le empezó a conocer como "El Brujo de Malvín"...

En 1995 la Editorial Fin de Siglo edita "El Sanador", libro recopilado por el escritor y científico Julio Varela, con relatos y testimonios brindados por personas curadas por Orsi, publicación que concitó enorme interés y que cuenta con varias reediciones de tirada.

Hasta la fecha Orsi ha sido entrevistado por centenares de medios televisivos, radiales y escritos, tanto nacionales como internacionales, de los cuales destacamos la realización de un documental emitido en la cadena televisiva "Univisión" de Miami.

Así, con su creciente popularidad, llegamos al presente, siendo innumerables los casos resueltos en lo estrictamente referido a la salud de las personas, como también brindando apoyo como psíquico sana-dor en numerosas ocasiones.

Es de resaltar que, para conjugar todo lo pasado, a fines del año anterior nuestro entrevistado emprendió, conjuntamente con la producción de "Enigmas del Alma" la misión de llegar a toda la gente, a través de un espacio radial, para difundir sus logros y a partir de ellos ayudar a todas las personas a salir adelante y zafar de sus problemas.

- Católico, cristiano, salvador de almas...

- Como ya le he expresado, desde toda mi vida me dedico a ayudar a la gente, desde el mismo instante en que supe que tenía dones especiales a los 7 años, cuando comencé a escuchar voces. En realidad, todos tene-mos dones dentro nuestro, solo hay que darles importancia. Soy cristiano, católico, aunque para la iglesia comprende otras cosas ser católico...

- ¿Cuáles son sus curaciones?

- Prácticamente todas. Entre mis pacientes es usual ver gente con enfermedades terminales, a veces desahuciada por la ciencia. En Montevideo, varios médicos y sacerdotes aconsejan verme en casos terminales. Por supuesto que también curo un empacho, una culebrilla, como me curaban a mí cuando era chico, me enseñaron y las curo.

- ¿Cuál es su convicción más profunda?

- La de creer en la energía del ser humano por encima de todo. Ésta puede hacer cosas que incluso hoy no comprendemos. En el noventa por ciento de los casos he ayudado a la gente; pero hay que ver si el restante diez por ciento hizo lo que yo le indiqué... A mí viene, inclusive, gente que no cree en nada, cuyo tratamiento no le había servido de nada.

- ¿Cómo realiza sus curaciones?

- Utilizo mi energía interna y mi profunda fé en Dios. Me apoyo fundamentalmente en la oración, en la Biblia, en la imposición de manos. A veces debo pasar horas rezando por el doliente, hasta lograr mi objetivo. Cuando el paciente llega a mi consultorio, debe descalzarse. Como yo mismo atiendo. Creo que al descalzarse uno deja en el zapato todo lo que a diario camina por la vida. Hay muchas cosas que no están bien y hay que dejarlas atrás...

Se muestra muy convencido, satisfecho de ayudar, con aspecto de persona feliz. Será porque -como él mismo lo dice-: " Mi misión primordial es mantener a la gente de este lado de la vida"... ª
 


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